China denuncia la "intimidación" de EE.UU. y corteja a América Latina

El presidente chino, Xi Jinping, ha prometido miles de millones de euros en crédito para el desarrollo de la región, así como una mayor cooperación en energía, infraestructura y educación.
Simbolizando la intensificación de los lazos políticos y económicos con la región en los últimos años, el gigante asiático inauguró este martes en Pekín esta importante reunión con decenas de países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Esta reunión, a la que asistirá el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula, es una oportunidad para que China llame a un frente unido contra la guerra arancelaria lanzada por el presidente estadounidense, Donald Trump.
En una reunión con su homólogo brasileño, Xi Jinping dijo que los dos países deben "oponerse conjuntamente al unilateralismo".
China y Brasil también emitieron una declaración conjunta acogiendo con satisfacción la propuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, de iniciar negociaciones de paz con Ucrania, y calificaron el diálogo directo como "la única manera de poner fin al conflicto", según la agencia oficial de noticias Xinhua.
América Latina se ha convertido en los últimos años en un campo de batalla diplomático entre Beijing y Washington, y los países latinoamericanos se ven periódicamente sometidos a presión estadounidense para que elijan bando.
Un día después de que Estados Unidos y China anunciaran un acuerdo para reducir drásticamente sus aranceles recíprocos durante 90 días, Xi Jinping buscó el martes presentar a China como un socio confiable y respetuoso.
"Nadie puede ganar una guerra arancelaria o una guerra comercial", dijo en la ceremonia inaugural, ante líderes y cancilleres de los países miembros de la CELAC.
"El acoso y la hegemonía sólo conducen al aislamiento", subrayó. "Solo en la unidad y mediante la cooperación los países pueden preservar la paz y la estabilidad mundiales, así como promover el desarrollo y la prosperidad en todo el mundo."
"De la mano"Prometió que China liberará un crédito de 66.000 millones de yuanes (8.300 millones de euros) para el "desarrollo" de los países de América Latina y el Caribe.
Esta suma forma parte de un amplio paquete de iniciativas encaminadas a fortalecer la cooperación, especialmente en áreas de infraestructura y energía limpia.
China también colaborará más con América Latina en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado transnacional, dijo Xi Jinping, al tiempo que fortalecerá los intercambios entre pueblos a través de becas y programas de capacitación.
Según el acuerdo chino-estadounidense anunciado el lunes, Estados Unidos acordó reducir sus aranceles sobre los productos chinos al 30%, mientras que China reducirá sus aranceles sobre los productos estadounidenses importados al 10%.
Este acuerdo supone una importante desescalada en esta guerra comercial bilateral, que sigue activa, mientras persisten las disputas entre las dos potencias.
Haciendo eco de los comentarios de Xi Jinping, su ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, dijo el martes, sin nombrar a Estados Unidos, que "cierta potencia mundial" estaba "obsesionada" con la ley del más fuerte.
Instó a los países latinoamericanos a "trabajar de la mano" con Pekín para defender sus derechos ante un país que "utiliza los aranceles como arma para intimidar a otros países".
Acusación contra WashingtonEntre los principales líderes latinoamericanos en Beijing se encuentra Luiz Inácio Lula da Silva, quien llegó el sábado para una visita de Estado de cinco días.
Lula dijo en la ceremonia inaugural que América Latina no quería "repetir la historia y comenzar una nueva Guerra Fría".
"Nuestro objetivo es contribuir positivamente al orden multilateral para el bien global y estar debidamente representados", explicó.
Sin nombrar a Estados Unidos, el presidente colombiano Gustavo Petro criticó la política económica estadounidense, el trato a los migrantes y la postura escéptica de Washington sobre el clima, pidiendo un "intercambio igualitario entre civilizaciones", en oposición al "imperialismo".
La semana pasada, anunció que firmaría una carta de intención para que su país se una a las "Nuevas Rutas de la Seda".
Este programa, que es un eje central de la estrategia de Pekín desde 2013 para aumentar su influencia internacional, tiene como objetivo particular construir infraestructuras marítimas, viarias y ferroviarias, sobre todo en los países en desarrollo.
Dos tercios de los países latinoamericanos ya se han sumado.
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Var-Matin